¡Hoy no bastan las palabras!

¡Hoy no bastan las palabras!

Hay algunos que los años, las experiencias ya nos han curtido y a veces hasta endurecido la piel. Nos hemos acostumbrado a: “¡Perdón es que se me olvidó!”“¡Sí, te lo mando hoy!”“¡Escríbeme en un mes!”; “¡Eres muy bueno y en el futuro esperaremos que tengamos una oportunidad para ti!”; “No sabía que te iba a perjudicar.”; “¿No pasa nada, verdad?”; “Sí iba a ir pero…!”; “¡Ah, se me olvidó totalmente!”; “Aquí triunfa el que se friega el otro, ¡así es la vida!”; “El dinero manda, no la persona.”; “¡Sólo lo hacemos por quedar bien!”; etc.

Nos gustaría pensar que todo se va a cumplir tal cual nos dicen. Nos gustaría pensar que no habrá envidias; nos gustaría pensar que no habrá traiciones. Nos gustaría pensar que siempre tendremos en nuestro trabajo la alegría del on-boarding. Nos gustaría pensar que nuestro único esfuerzo y perseverancia valdrán. El tiempo te hará ver que no basta.

Es en este momento cuando te das cuenta que no bastan las palabras no sólo las que nos dicen los demás sino las que nos decimos a nosotros mismos. Y es justo en ese momento cuando tu lado egoísta en el que ve sólo por ti y dice: “De verdad Luis, ¿vas a seguir? ” La única respuesta que llevará a la apertura es el sí a tus palabras. Uno se tiene que acostumbrar a que no todo mundo agradezca, no todo mundo corresponda, no todo mundo se mueva. Pero es la única manera que uno puede ser coherente a sus palabras y que tengan sentido.

Es la única manera que existe de transformar a los demás, el darse de golpes por los demás. Como el Captain Swenson del que cuenta Simon Sinek en su TED Talk “Why good leaders make you feel safe?” que salvaba a un soldado e iba a salvar el otro. Ponía a sus soldados primero que él. “You know in the military they give medals to people who are willing to sacrifice themselves so that others may gain.”  Esta aparente contradicción es la única manera de crear ambientes de confianza y engagement. Es la única manera de transformar a nuestras organizaciones teniendo verdaderos líderes como el Captain Swenson.

El año pasado una organización se acercó a mi porque buscaba jóvenes que les gustara la Cultura Organizacional. El entrevistador un Directivo de RH muy amable, correcto pero completamente equivocado. Dijo: “Me caes bien y te voy a decir lo que pienso. Veo que no te interesa ser líder, que no quieres ser protagonista. Más bien veo creo que eres muy humano, que ves por los demás, que te interesa servir. Creo que serías muy bueno para la Responsabilidad Social.” Lo decía con tanta naturalidad sin malicia en sus palabras. Justo estaba describiendo a un líder pero sus paradigmas eran otros. Quizás hoy en día algunos sigan funcionando con esta visión tan incompleta del liderazgo. Y se alejen de las personas como el Captain Swenson.

El líder tiene que querer. El verdadero amor se lleva al extremo y está en lo concreto. Al extremo de decir: ¡Va a dar sin esperar y a lo que pueda sufrir! y en: ¿cómo voy a demostrar cariño a esta persona?, ¿cómo voy a hacerle pasar un buen momento?, ¿cómo voy a demostrar a mis colaboradores que me importan? No con palabras sino con acciones.

Adam Grant llama a estas personas Givers, que siempre preguntan: “¿Qué puedo hacer por ti? Son los que cambian nuestros ambientes de trabajo. El 23% de las personas que trabajan en una organización son Givers. Son los que pueden cambiar la definición de éxito. Podríamos ayudarle a Adam completando que los que tienen éxito son los que fueron fiel a sus palabras hasta el extremo para los demás y para sí.

En nuestro tiempo lo concreto nos cuesta, el comprometerse a decir sí nos cuesta. Hoy tenemos miedo a la traición. Tenemos miedo a ensuciarnos. Hay muchos “líderes” que aún quieren seguir siéndolo sólo de nombre o sólo buscan cuidar su puesto.

Seth Godin, hace unos días en su blog escribió esto:

The opposite of “more”

It’s not “less.” If we care enough, the opposite of more is better.

Hoy las ciudades nos piden a gritos que no se queden en palabras las promesas de campaña ni en las buenas intenciones de los ciudadanos. Queremos el resurgir de un ciudadano, entregado y solidario.

Los alumnos nos piden que el aprendizaje no se quede en los exámenes o en las apariencias, sino que llevemos a la práctica nuestro aprendizaje a nuestra comunidad. En la Universidad de Navarra (mi alma mater) a este método de aprendizaje se le llama: Aprendizaje de Servicio. Una metodología educativa que incorpora una nueva forma de promover el aprendizaje humano; teniendo en cuenta necesidades del entorno; necesidades sociales que han de ser identificadas por sus alumnos y también por sus profesores. Y ya lo incluye como parte del Curriculum de todas sus Carreras. 

Y nuestras organizaciones también nos piden líderes que no se queden en palabras bonitas y estructuradas, sino en acciones concretas y continuas. Para poder lograr lo que Elon Musk escribía a su organización la semana pasada: “We must have an enviroment that is safe, fair and fun as possible. For that, we must be a fair and just company – the only kind worth creating.”

¿Estás dispuesto a continuar? ¿estás dispuesto a ensuciarte? ¡Que tu respuesta se manifieste en actos!

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