Las organizaciones tienen que sanar

Las organizaciones tienen que sanar

A veces echamos en falta la salud cuando justamente nos enfermamos. Damos muchas cosas por dadas. Ocurre igual en las organizaciones. Nos puede pasar que conectamos con algún cliente externo o tenemos a un amigo en otra organización y nos cuenta cómo trabajan en su organización. Quizás sea entonces que nos podemos dar cuenta que en nuestra organización algo no va bien.

Reconocer

Para sanar primero hay que reconocer que podríamos estar mejor. El mundo tan veloz en el que vivimos entre más pronto reconozcamos mejor. Cada vez son menos, y qué bueno, las organizaciones que dejan las Evaluaciones 360º anuales de lado. Porque ya se dieron cuenta que el feedback y la evaluación tan tardía no sirve de nada. El reconocimiento ha de ser instantáneo.

¿Cómo podrías reconocer mejor? Una de las grandes aportaciones del Scrum son las ‘Daily Stand-up Meetings’ o las ‘Scrum Meetings’. Esta junta como su nombre lo dice es diaria, con una duración máxima de 15 minutos. Se ven tres puntos: ¿cumpliste con tu objetivo de tu sprint semanal?, ¿qué harás hoy para cumplirlo?, ¿En qué te puedo ayudar o qué te está estorbando para cumplirlo?

Algunos clientes nos han dicho que quizás día a día quizás sea mucho pero cada dos días se le acomodan bien. También podrías tenerla al inicio y al final de la semana. Escoge el estilo de junta que mejor se te acomode pero que sea frecuente, constante y concreta.

Reforzar las Scrum Meetings con Retrospectivas de proyectos o de equipos. Cada vez que entregues un proyecto, ten tu retrospectiva. Te puedes preguntarte cosas tan sencillas como: ¿qué salió bien?, ¿qué salió mal?, ¿cómo podemos mejorar?

El reconocer significa: estar abierto, ser más humilde, querer dar un paso al frente y crecer juntos.

Atreverse a atenderse

Una vez que se reconoce que se podría estar mejor. En ese reconocimiento se puede dar un paso hacia delante y buscar atenderse con alguna persona/consultoría experta.

La semana pasada en mi post hablaba de: cómo podríamos segmentar nuestro mercado sin perder nuestra identidad. Ya sea en usuarios o en tiempos donde se encuentra nuestro usuario. Poníamos el ejemplo del usuario de Polymath y los distintos tiempos en los que se podría encontrar. En este caso el consultor ha de saber, también, ser un buen acompañante; deberá saber qué darle primero, entenderlo. Saber que quizás el cliente no sabe lo mismo que el consultor. Por tanto habrá que ser pacientes.

Algunas barreras para no atenderse:

A) No ensuciarse

Como puede pasarnos en la vida cuando hay que sanar a veces nosotros mismos solemos ser nuestros propios enemigos. A veces, son algunos líderes de equipo o directivos quienes se oponen al cambio porque simplemente no quieren cambiar.

Uno de los factores clave que vemos cuando asesoramos en agilidad es que muchos VPs no quieren ponerse a trabajar codo a codo con el colaborador. Para que la agilidad sea posible, además de tener equipos pequeños, transdepartamentales, con juntas como las que mencionamos antes, los líderes se han de inmiscuir en los proyectos.

¿Por qué? Porque de lo contrario nos detendremos en autorización tras autorización. No estarán enterados al instante del trabajo que está en la trinchera. Lo cual hará más lenta a la organización y hasta vana la transformación hacia una organización más ágil. Seguirá siendo una organización dividida entre directivos y colaboradores; entre estrategas y ejecutores. Difícil sanar si los “líderes” no están contigo.

B) Corto Plazo vs. Largo Plazo

La semana pasada tomé un webinar con el gran Tim Brown (ex CEO de IDEO). Decía que a pesar de que nos puede alertar y desestabilizar un poco las emergencias y la volatilidad del día a día. Habría que tener una visión más bien a largo plazo. Que vale la pena que nos atrevamos ir más allá.

Cuestiones como el Sector Salud, por ejemplo, no sólo preguntarse: ¿cómo mejoro el trato con el paciente?, ¿cómo hago mi hospital más bonito? Habría que preguntarse: ¿cómo transformo o cómo ayudo a transformar el Sector Salud en Latinoamérica?, por ejemplo.

Es tan importante saber qué resolvemos como qué preguntas nos estamos haciendo en nuestras organizaciones. El mismo Tim Brown decía: “Resolver las ‘cuestiones inmediatas’ todo mundo lo hace pero los grandes emprendedores. Los que realmente cambian el juego tienen un punto de vista particular sobre el futuro.”

Viktor Frankl, sobreviviente del Holocausto en Auschwitz y fundador de la Logoterapia, en su libro: ‘El hombre en busca de sentido’ decía: que aquellas personas que sobrevivieron al holocausto era justo porque tenían un gran porqué, un sentido particular sobre la vida. Creo que a las organizaciones les pasa igual. Quizás habríamos que encontrar el sentido de nuestra organización o preguntarnos si hace ‘click’ con nuestro sentido de vida en particular.

Tener una visión clara de lo que queremos y buscamos en nuestra vida personal, nos da la motivación y alimenta nuestra pasión. Pues lo mismo a la organización.

Hoy más que nunca tendríamos que preguntarnos por nuestra visión a la vez que tenemos un constante feedback de nuestros equipos con nuestras Daily Standup Meeting y Retrospectives.

Atrevernos a preguntarnos por las cosas importantes, de fondo. No sólo maquillar las cosas o entretener a las personas porque el costo de oportunidad es hacerle perder el tiempo a las personas.

C) Entender la Innovación

El último punto clave para sanar es entender qué realmente es la innovación. Creo que dos puntos interesantísimos sobre la innovación son: la personalización. Es decir preguntarse realmente a mi qué me agrega valor y en segundo lugar: no verla como una cosa extraordinaria o un mero laboratorio sino como algo que lo vamos trabajando día a día y que se vuelve parte de nuestra forma de trabajo. Creo que en algunos lugares se les sigue viendo con extrañeza y miedo.

Además la perspectiva de que no sólo la innovación ha de entenderse reflejado en nuestros productos y servicios sino en los cambios de comportamiento (para bien) que hacemos en nuestros usuarios. Te recomiendo ver la TEDxTalk de mi amigo y speaker Demetrio Strimpópulos.

Lo que no tenemos que descuidar nunca:

1) Hacer tiempo para hablar del tema

Para sanar hay que dedicarle tiempo, hay que hablar del tema. Una de nuestras polymaths en una sesión de trabajo que tuvimos la semana pasada me decía: “Mira a mi me encanta leer temas más profundos, como la vulnerabilidad y las ciencias del comportamiento.” Al terminar la sesión nos quedamos hablando de ello. A veces es difícil hablar de vulnerabilidad si uno no da el primer paso.

En gran medida depende de la iniciativa de cada líder del equipo. Además de los Check-ins, proponer también rituales, cosas que personalicen la interacción del equipo. Puedes guiarte en este post que escribí hace unas semanas sobre: ‘Abrir la Conversación’.

Tratar de hablar cada vez más de estos temas. Hacerles ver también la importancia de atender a su persona. Hace ya 4 años que mi amigo Eduardo Valenti (Director de RH de The Home Depot México) nos habló de fomentar la meditación en nuestra organización. Gran voz de profeta.

Pregúntate: si estaría bien hacer un offsite con estos temas, unas conferencias con esto, un webinar. Atrévete a hacer algo distinto para hablar de un tema que merece la pena hacerlo.

2) Autonomía y Transparencia

Promover también la autonomía de los equipos. Tienes que darle sus espacios, que hagan suyo el reto de sanar y por supuesto el reto de crecer. Apostar mucho por las motivaciones internas de las personas.

Finalmente, no se puede sanar si no se es transparente. Si mentimos, no nos van a poder ayudar. Vale la pena que dejemos de lado los planes secretos, que bajemos los planes de dirección a todos.

Vale la pena sanar juntos. En la vulnerabilidad, juntos somos más fuertes.


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