14 Nov La resiliencia del emprendedor
Quizás vivamos en un tiempo que podríamos denominarlo como el Romanticismo del Emprendimiento. Esto es que se puede idolatrar al emprendimiento. Quizás justo porque vivimos una transformación de las organizaciones y aún más por lo que se entiende por trabajo. Una visión más integral, más humana, más transformadora del trabajo.
En la literatura del emprendimiento encontramos vidas francamente idealizadas. También los inversionistas buscan constantemente el siguiente unicornio. Encontrar el siguiente: Facebook, AirBnB, Uber, WeWork, etcétera.
Hace poco platicaba con una colega consultora que también es consultora de Polymath. Reflexionábamos sobre la resiliencia que ha de tener un innovador. Me gustaría aterrizarla al emprendedor. Y a emprendedor en la visión de Eric Ries, es decir: “Cualquier persona que esté creando un nuevo producto o negocio bajo las condiciones de extrema incertidumbre.”
(Si quieres ver cómo puedes adoptar la mentalidad de startup en tu organización te recomiendo leer este post que escribí al respecto.)
La resiliencia, como bien sabemos, no sólo se encuentra en la literatura del emprendedor también en la literatura de todos los días del Desarrollo Humano. Pero creo que la resiliencia se ha entendido mal en el mundo del emprendimiento.
A veces te dicen: “sigue perseverando en tu idea”. Claro hay que ser disciplinado ni duda cabe, y claro también hay que ser constante. No todo es de la noche a la mañana de acuerdo.
Pero a la resiliencia tendríamos que darle twist tanto para los que luchan en su organización para innovar o realizar un cambio organizacional y para los emprendedores.
Quizás tu idea de cambio o de producto y/o servicio no sea la mejor o la única
El principal twist para la resiliencia parte de la realidad: que quizás tu idea no es la mejor y que muy probablemente la idea original que tenías va a tener que ser desechada. Si partimos y comprendemos a la incertidumbre podremos entender que efectivamente no sabemos a ciencia cierta si nuestra idea va a triunfar o no, si nuestra audiencia recibirá bien nuestra idea o al contrario no será nuestra audiencia a la que pretendíamos llegar, la más adecuada.
De ahí la importancia que las organizaciones cambien el paradigma del planear a experimentar; o el creer que cambio organizacional es una mera Power Point o un destino final. También que nos emprendedores nos casemos con una sola idea y tratemos de meterla a martillazos a las organizaciones.
Podrías preguntarte en este punto: ¿La idea de cambio o que estás empujando en tu cambio organizacional es sólo una y desde una única perspectiva? ¿Mi cambio organizacional parece un plan perfecto? ¿Mi idea de emprendedor la estoy tratando de meter con calzador a las organizaciones?, ¿no quieres soltar tu idea original aunque parece que no recibe respuesta?
Medir tu idea
Conforme vaya evolucionando el mercado tendrá que ir también evolucionando tu idea. Si ya te adaptaste una vez a tu audiencia pues toca adaptarse una vez más, cuantas veces hagan falta. Seguramente ya conoces el famoso ‘loop’ (ciclo) de The Lean Startup: Build-Measure-Learn. Valdría la pena que lo aplicaras, es muy fácil de seguir. Atrévete a medir tus ideas. ¿Qué idea te gustaría probar? Comienza con una pequeña audiencia.
Esa pequeña audiencia si estás en una organización o si la quieres plantear con tu equipo se podría definir: ¿cuál es mi área de impacto?, ¿qué área depende de mi y puedo empezar ya? ¿A quién puedo cambiar? ¿Cuál es el mínimo de personas que necesito influir para que el cambio se vuelva viral? ¿Cuáles son esos mínimos clientes que pueden hacer crecer a mi orgnaización? Testear continuamente.
Podrías mezclar un poco con un Agile Sprint para proponerte testear de manera ágil. Ponte los sprints que quieras y la duración. Una semana por sprint, dos, tres. Pero atrévete a medir esa idea. Como se puede ver dista mucho del “Cambio Organizacional” tradicional; en el que la idea “grandísima” de cambio y el resultado final se puede predecir en un Power Point y tener perfectamente contemplado el tiempo en que tomará cada etapa.
No sabemos realmente, no podemos saber realmente, cuánto tiempo nos vaya a tomar realizar nuestro cambio ni cuánto tiempo nos llevará escalar nuestro producto. Lo que sí sabremos es que ese cambio podrá ser validado, aceptado y escalado de manera participativa y no impuesta. Que ese producto y/o servicio podrá ser más efectivo y ajustado a lo que el usuario realmente quiere.
Habría que cambiar dentro de las organizaciones la manera en que creamos productos y servicios. Esto es, la manera en que creamos, escalamos y optimizamos tales productos. De ahí que muchas veces nosotros en Polymath propongamos justo la creación de tres tipos de equipos en distintas fases de creación de los productos y servicios. Quizás te podría ayudar y ser más cercana a la realidad de cómo hacer innovación.
Tener paciencia con tu cliente y la valentía de construir un mensaje para cada audiencia o para ser rechazado por otra audiencia
Le dediqué todo un post de cómo puedes segmentar tu mercado sin perder tu identidad. Quizás tu visión pueda ser buenísima, tu producto buenísimo pero tu audiencia esté en otro tiempo y no esté preparada. Tienes que poder ajustarse a sus tiempos o bien tener la capacidad de dividir a tu audiencia.
Otras veces tendrás que aceptar el rechazo. Quizás no sea un buen cliente para ti o no comparta tu visión y no tiene porque compartirla. El buen Seth Godin, lo explica de manera magistral en su libro ‘This is Marketing’: “Si esa persona entiende bien lo que le ofreces y decide no comprarlo, significa que no es para ella. O que, al menos, no es para ella en este momento, a este precio, con esta estructura.” Como la vida misma no todo mundo te tiene que aceptar, no le tienes que caer bien a todo mundo.
Pregúntate: ¿A quién te gustaría mejorarle la vida con tu producto o con tu cambio? o bien, ¿Le mejorarás la vida a tus colaboradores con ese cambio organizacional que quieres hacer?
Tienes que aceptar que la estrella no eres tú, es tu audiencia
Creo que a veces inflamos el ego del emprendedor y les tratamos como ‘rockstars’. Los emprendedores que triunfan es porque hacen triunfar a su audiencia así de claro. Porque le haces sentir bien, porque le facilitas la vida.
Aquí podemos conectar una vez más con Seth Godin (en su libro de ‘Tribes’): “Being charismatic doesn’t make you a leader. Being a leader makes you charismatic.” Podríamos añadir este mito como parte del romanticismo del emprendimiento: buscar ser carismático y no buscar el hacer sentir bien a tu audiencia. El mismo Simon Sinek en esta línea lanza otra frase potente y seguro que ya escuchaste: “Leadership is not about being in charge. Leadership is about taking care of those in your charge.”
Como vemos efectivamente se necesita desarrollar la resiliencia para tener la capacidad de dejar tu idea original, para tener el valor de medir tu idea; para aceptar el rechazo de una audiencia que idolatrabas y para aceptar que la estrella no eres tú sino tu audiencia.
La resiliencia nos ayudará a tener unmindset de crecimiento que continuamente se está adaptando. Nos ayudará a ceder iniciativa y darnos cuenta que no podemos solos y tendremos que aprender a colaborar. Pero nos ayudará principalmente a aprender, a hacerle mejor vida a los demás, a hacer realidad nuestro cambio organizacional y hacer que valga la pena nuestro trabajo del día a día.
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