De las Formas a la Sustancia

De las Formas a la Sustancia

“Toda aquella organización u organismo que se sustente meramente en un poder sin explicación y porque sí, va a desparecer.” El gran Moisés Naím tenía razón y voz de profeta al escribir estas palabras en su obra ‘El Fin del Poder.’

Haciendo una analogía con esta frase podríamos decir que, toda organización que apueste sólo por un cambio que se quede en las formas sin ir a la sustancia se quedará corto y desaparecerá. Podríamos pensar, ¡cuántas veces nos quedábamos en las formas y vendíamos/comprábamos formas!

Pensemos en todas aquellas formas: valores colgados, cursos por modas, certificaciones, meras capacitaciones para hablar bien, vendidos como panaceas de transformación. Querer simples títulos, certificaciones. Estirar en todo lo que se pueda la expresión: ‘papelito habla’. Hacer un listado de cosas para recibir una certificación de Great Place to Work y ya está (que no está mal pero no nos podemos quedar ahí).

También puede tener una manifestación en lo que creíamos que era Cultura, lo que nosotros llamamos ‘Confetti Culture’. Es decir, el pensar que la Cultura es meramente instalaciones, animar a los equipos, llevar pasteles por cumpleaños y demás. Claro es importante pero no lo esencial. Incluso el creer que nuestros valores solamente colgados se viven. En este sentido en un estudio que hizo MIT Sloan Management Review identificó este gap; entre lo que dicen los directivos de los valores y lo que cuentan los colaboradores. Este gap es enorme, de hecho no hay una correlación. Nuevamente las formas sin sustancia.

Incluso hoy que queremos hacer este ‘reskilling’ de nuestros colaboradores corremos el peligro de quedarnos meramente en el certificado o en un curso. Sin enfrentar a los problemas que tenemos delante. De ahí que en Polymath más que certificar o enseñarte metodologías ágiles, trabajamos de forma ágil; aterrizamos toda la teoría a tus problemas del día a día. Es muy distinto.

Nos damos cuenta que el verdadero cambio no está en sus formas sino está en su sustancia.

¿Cómo podríamos pasar de las meras formas a la sustancia? Sobretodo cuando nos damos cuenta que valdría la pena ir más allá y no quedarnos en la mera digitalización

Hace unos días escribía un post donde citaba al gran Scott D. Anthony (discípulo del fallecido Clayton Christensen) que hablaba de un proyecto que tuvo cuando era joven. Al empezar el boom del internet se dieron cuenta que podrían darle un giro a la organización pero no lo hicieron. “Instead of trying to do something cool and different, we tried to force-fit the new technology into our old way of doing business.”

Hoy corremos el mismo peligro pensar que el gran cambio sea pasar todo nuestro trabajo a digital. Que en sí es un gran cambio pero es la mera forma. La meta no puede ser la mera digitalización.

Incluso podríamos irnos con la mera finta de negocios que efectivamente han hecho su agosto en esta transición (lo cual está bien) pero después, ¿qué hay?

Podrías preguntarme (de hecho pasa): “Luis, pero ¿cómo quieres que avancemos si tenemos una pila de pendientes enorme? Si nuestro backlog es un mero apaga fuegos. ¿Cómo podemos dar un brinco hacia el futuro?”

En Polymath desde que empezamos como consultora nos dimos cuenta que gran parte de la Innovación en LATAM se queda en la congeladora o bien no pasa de un prototipo. Porque los equipos no se encuentran preparados; ya sea en sus formas de trabajo, en sus estructuras, en el poco tiempo con el que cuentan, no hay una conexión entre la innovación y la optimización. Es decir, son dos cosas paralelas que nunca se tocan; o bien al final ocurre pero ya muy tarde, con un sufrimiento y desgaste enorme de los equipos.

De ahí que nos guste mezclar el Diseño Estratégico (Human Center Design/Design Thinking) con el Diseño Organizacional. Es decir, a la par que podemos avanzar de fondo; realizar un proceso de innovación; podemos ir creando un músculo de cambio en tu organización. Empezando con ayudarte a respirar con toda tu pila de tensiones/problemas/priorización. Nos queda claro que si no quitamos todo aquello que te estorba (burocracia, formas de trabajo arcaicas, silos, falta de visión sistémica), será difícil avanzar o pedir hacer más a tus colaboradores.

¿Hacia dónde podría ir el fondo? El día de ayer igualmente escribía un post donde ponía que el confundir las formas con la sustancia, hacia también caer en crisis a las universidades que confundían este concepto. Las verdaderas universidades se están haciendo estas preguntas de fondo. Hace unos días escuchábamos al rector de la Universidad de Navarra que decía: “La universidad tiene que ser el lugar donde nos cuestionemos los problemas del futuro que aún no conocemos.”

En este sentido un claro ejemplo de esta preocupación y acción es Singularity University. Donde tratan de impulsar la creación de organizaciones que tengan impacto en billones de personas. Otros movimientos como Conscious Capitalism, Beautiful Business, B Corps. Organizaciones que comienzan a dar el brinco hacia la sustentabilidad (incluso antes del COVID-19) como: Danone, Blue Yonder, PepsiCo, Patagonia, Unilever y un largo etcétera.

Sistemas enteros que están siendo transformados: financiero, educativo, movilidad, salud, ciudades, música, comida, ciencias, energía y un largo etcétera. Además de que en cada sistema surgen/surgirán nichos.

Podríamos incluso preguntarnos lo siguiente y en esto mismo encontrar posibilidades: ¿Cómo podemos crear un mundo más sustentable? ¿Cómo creamos un mundo más inclusivo? ¿Cómo hacemos trámites más transparentes y ágiles? ¿Cómo democratizamos las energías renovables? ¿Cómo creamos más y mejor ciencia? ¿Cómo mezclamos Arte y Tecnología? ¿Cómo profundizamos más en la Naturaleza Humana, cómo nos podemos conocer mejor? ¿Cómo aumentamos la calidad de vida?

De ahí que en Polymath estamos dando también pasos hacia estas preguntas. Dos ramas nuevas saldrán por cierto, que ya les contaremos.

¿Por qué muchas organizaciones no han dado pasos ante esta gran evidencia de mercados? ¿Cómo pueden ir dando pasos?

I. La burocracia de nuestro día a día nos impide avanzar y nos impide ver más allá. La deuda organizacional mundial anual según Gary Hamel es de 5.4 trillones de dólares.

Es verdad si no tenemos muy claro cómo trabajamos, organizamos y dirigimos en una organización es muy difícil avanzar. Si estamos saturados de juntas, ¿A qué hora haremos nuestro trabajo? ¿A qué hora vamos a crear?

II. Estamos sesgados hacia lo negativo. De hecho hay un sesgo que se le llama ‘negativity bias’ que es una tendencia de darle más peso a la información negativa que a las experiencias positivas. Especialmente en esta contingencia de COVID-19 creemos que nunca saldremos de nuestros pendientes, de nuestros problemas y mucho menos que no tenemos la capacidad de ir más allá. De hecho hoy estamos siendo invadidos más especialmente por las malas noticias, podemos ver que el 90% de las noticas en medios hoy en día están dedicadas a malas noticias.

III. Mezclar el Diseño de Futuros con la Responsividad. El gran Frederic Laloux plantea esto en su libro ‘Reinventing Organizations’ poniendo la analogía del agricultor. Así como ve a futuro y conoce las mejores temporadas para sembrar también pone los mecanismos para adaptarse rápidamente.

Partir de la idea que el cambio es gradual. Que poco a poco tiene que ir acostumbrando al mercado a dar pequeños pasos. Me gustó mucho la explicación que hizo Michael García Novak sobre que el cambio sucede de forma gradual poniendo el ejemplo d las botellas de Evian.

De ahí que vale la pena generar este músculo de cambio en tu organización no sólo el mercado se tiene que acostumbrar también tu organización deberá acostumbrarse a trabajar así.

IV. Vale la pena invertir en Innovación Abierta. La tendencia es que se siga colaborando entre grandes organizaciones y startups. La lección de Clayton Christensen en su clásico ‘The Innovators Dilemma’ al parecer ya ha sido aprendida. Así prefieren disrumpir el mercado juntos. Las organizaciones a su vez tendrán que crear este músculo de innovación interna. De hecho el MIT dice que la innovación interna trae resultados levemente mejores para las organizaciones que la innovación abierta.

V. Puedes hacer tu Evaluación de Impacto B, gratis. Puedes ver, gracias al Movimiento de Empresas B, cómo estás impactando de manera social y medio ambiental; y a partir de ahí crear una ruta hacia la sustentabilidad en muchos aspectos.

VI. Escoge tu nicho de dónde puedes impactar. Si eres una organización del sector alimenticio quizás podrías ver cómo promueves una buena dieta y el comer saludable. Si perteneces al sector energético, cómo podrías democratizar la energía, qué tanto inviertes en transformar toda una región en una región de energía renovable. Si estás en retail, cómo podrías sumar el proveedor local a tus puntos de venta. De sector financiero, cómo puedo hacer más fácil el pago a mis usuarios en distintos puntos de venta. Si estás en el sector salud, cómo puedo ayudar a crear una verdadera cultura preventiva para no saturar los hospitales. Seguro que puedes encontrar tu nicho donde puedes impactar mejor que yo.

Ve cómo puedes ir dando brincos hacía ahí. Crear un minimum viable business (sí, cómo puedes crear todo un modelo de negocio) con un most valuable product (el mejor producto que puedas crear con poco) que impacte de verdad al mercado.

VII. Cambia a un Growth/Abundance Mindset. Sí, las malas noticias son muchas, sí estamos en contingencia, sí estamos en peligro de contagiarnos, sí tenemos malas administraciones locales, nacionales y supranacionales. Pero tenemos mayor esperanza de vida, nos enteramos de todo al instante, podemos colaborar en cualquier rincón del mundo, tenemos muchos avances científicos, hay muchas más personas preparadas y un largo etcétera.

Ojalá no nos pase como al joven Scot D. Anthony. Ojalá que no cambiemos sólo por fuera con un sistema de trabajo viejo, arcaico y lento. Ojalá que no seamos solamente ágiles y tengamos una cultura bonita de trabajo (que sería grandioso) que vayamos aún más allá, que realmente veamos cuánto bien podemos hacer y cuánto podemos crecer juntos. Hay mucho por hacer y esto apenas empieza.

 

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